En Simbiosis Hub sabemos que emprender es difícil y que muchos sueñan con dar ese paso, pero en este espacio queremos contarte historias inspiradoras para que no te quiten el sueño que tienes y que con nuestra ayuda puedes concretar.
Cuántas veces has oído: “tu idea no tienes pies ni cabeza”, “sin plata no puedes hacer nada”, “nadie te va comprar”, “si no tienes local no te darás a conocer”, en fin, un montón de cosas negativas al momento de decir “quiero emprender”.
Aquí te dejamos la historia de la fábrica de vasos con botellas “Green Glass”, cuyo dueño y emprendedor tuvo que escuchar más de alguna de estas frases, pero no bajó los brazos y hoy lo posicionan con su emprendimiento de innovación social y triple balance.
Una botella de vidrio, un vaso
Oscar Muñoz, más conocido como Oski por sus amigos y familiares, es el creador de los famosos vasos hechos de botellas, “Green Glass”. Sin embargo, como cuenta en su página web www.greenglass.cl, llegar a posicionarse y emprender no fue nada fácil.
Como narra Oski, un día, mientras se tomaba unas chelas con sus amigos, uno le preguntó si podía cortar una botella y hacerla vaso. Oski sin pensarlo, tomó al seco y después se hizo el primer vaso de botella.
Después de ese pequeño, pero significativo paso, otro amigo vio los vasos y le dijo: “véndelos!!”. Oscar, en ese tiempo tenía 18 años y estaba en su primer año de universidad donde uno de sus ramos favoritos era de “Emprendimiento” y le dieron como misión montar un negocio en el verano.
Fue así como pensó en sus vasos y hacer el emprendimiento de aquello, pero sus amigos le dijeron: “estay loco, nadie te va a comprar”, fue así como lo sacaron del equipo de trabajo y su profesor le dijo que era poco proactivo, que no tenía buenas ideas y que no demostraba ser emprendedor, además termino sus palabras diciéndole: “ha reprobado el ramo”.
Sin embargo, el profesor le dio una nueva oportunidad y él pasó todo el verano junto a sus compañeros cortando botellas y aprobaron el ramo con nota 7,0.
Luego, los que echaron a Oski del grupo lo felicitaban y le pedían vasos, igual que el profesor que terminó comprando vasos. Así Oski se salió de la Universiad para nunca más volver y dedicarse, como dice él, a “Greenglassear el mundo”.
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