Javier Ramos Díaz, profesor y director académico del diplomado de Innovación Social de la Universidad Complutense de Madrid estuvo, en el mes de noviembre, en la ciudad de La Serena encabezando la primera charla/conversatorio organizada por Simbiosis Hub y que busca promover en la Región de Coquimbo este modelo que ha sido uno de los motores de la nueva forma de emprender en España tras la crisis económica del año 2008.
El profesor dio a conocer conceptos relativos a la nueva forma de emprender con sentido y que entrega conceptos como eficiencracia, triple balance, economía colaborativa, entre otros.
A continuación les dejamos parte de una entrevista que le realizamos como equipo y que explica algunos de los conceptos que iremos ahondando con el correr del tiempo en nuestra plataforma www.simbiosishub.com y a través de notas explicativas.
Profesor, ¿qué es la eficiencracia?
“La eficiencracia busca dos cosas que aparentemente parecen contradictorias, por un lado, hacer que los emprendimientos cada vez sean más eficientes, es decir, que se llegue a más personas, a más consumidores con los mismos menos recursos y, a la vez, promocionar la participación democrática de las personas y los emprendimientos.
Ese es el concepto de eficiencracia, es ser más participativos para ganar eficiencia y ser más eficientes para aumentar los incentivos para que más personas participen en estos emprendimientos, ese es el núcleo central y rompe un paradigma bastante sólido en economía y que es el que dice “la eficiencia y la igualdad son contradictorios”, aquí lo que se plantea es que no son contradictorios, sino que son complementarios. Cuanto más participativo es un emprendimiento, más eficiente es y cuanto más eficiente es un emprendimiento más incentivos hay a que un número de personas mayor participen en el mismo”.
¿Qué efecto positivo tiene el triple balance en los emprendimientos?
“Los efectos positivos del triple balance tienen que ver con esa idea de respuesta integral, tienen que ver con esa idea de que con mi emprendimiento no estoy salvando mi bienestar económico, sino que estoy contribuyendo a través de un impacto positivo a la mejora del desarrollo social ambiental de mi entorno, esa es quizás el mayor atributo del triple balance.
Es desde que empiezas a pensar en tu emprendimiento, en la financiación, en la forma de organización, en la producción, en la distribución, en el consumo, empiece a incorporar las lógicas de cómo ser capaz de tener beneficios siendo a la vez cuidadosos con los entornos sociales, con mis proveedores, con mis consumidores, trabajadores, cómo viven, cómo se reparte el beneficio, cómo soy capaz de establecer pautas para que las personas que están en torno a mi emprendimiento se sientan cada vez más parte de él, más incluidas y, a la vez, soy especialmente respetuoso con el impacto negativo que este emprendimiento pueda tener sobre el medio ambiente o incluso, un paso más allá, cómo puede mi emprendimiento puede dar soluciones integrales a los problemas ambientales que vivimos.
Esta combinación de dimensión económica, social y ambiental, incorporadas a una lógica de emprendimiento me parece que es el mayor aporte que puede hacer este triple balance al futuro de la humanidad, tal y como está planteado”.
¿Por qué los chilenos deberían aprender sobre este modelo de innovación social?
“El caso de Chile es un caso paradigmático con una economía que tiene unos buenos resultados en términos de crecimiento económico y que, sin embargo, tiene unos niveles de desigualdad muy altos. Precisamente lo que podría aportar esta lógica de la innovación social basada en la eficiencracia y el triple balance, es la idea de seguir fortaleciendo el crecimiento económico, pero desde una perspectiva más inclusiva y que disminuya los índices de desigualdad del país y, segundo, que dé respuestas a los grandes retos ambientales que enfrenta Chile, quien es una zona minera y ella tiene costos altísimos, a tal punto que creo que no se han evaluado de forma consciente cuáles son estos efectos nocivos de la minería en Chile.
Pues bien, si fuésemos capaces de incorporar esta lógica a los emprendimientos que surgen y no tuviésemos en cuenta no solamente la necesidad de beneficios de un emprendimiento, sino también cómo somos capaces de disminuir la desigualdad en Chile y cómo somos capaces de reducir los efectos más nocivos de la minería, creo que Chile se convertiría en una referencia capaz de demostrar al resto de países de la zona que efectivamente el triple balance es algo más que una apuesta de la sociedad civil para incorporar procesos y personas dentro de lo que podemos llamar el bienestar de un país, sino que además podría convertirse en un ejemplo para ver cómo en otras zonas podrían sacar a muchos millones de personas de la pobreza y, a la vez, garantizar mejores niveles calidad del aire, agua, recursos naturales, etcétera”.
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